María
Cristina Orantes
Autora
de junio 2014
Existe
en la literatura latinoamericana una tendencia a destruir las formas.
Algunos críticos sostienen que son las vanguardias las que quisieron
renunciar a los moldes “anacrónicos”. Durante el siglo XX se
mantuvo el debate entre las formas clásicas y el rompimiento de
éstas. La pregunta es: ¿qué quedó de esa discusión? Quedaron los
buenos poetas. Quedó Miguel Hernández y los sonetos a su esposa.
Quedó Hugo Lindo y su Poema Eucarístico. Quedó Pablo Neruda con
sus Cien sonetos de amor. Quedó Claudia Lars y su fascinante armonía
en su Romance del Norte y Sur. Quedó Vicente Huidobro y su
desaforado canto a la imaginación.
En la obra poética de María
Cristina Orantes se han fundido estas dos corrientes dinamizadoras de
la literatura del recién pasado siglo. Consumada sonetista, su obra
mantiene el nivel de otras grandes voces nacionales: Serafín
Quiteño, Hugo Lindo, Elisa Huezo Paredes, David Escobar Galindo,
Carmen González Huguet, solo para mencionar algunos nombres.
Y cuando la poeta ejercita versos
libres, lo hace sabedora de que tras una obra que rompe los moldes
hay en el fondo ritmos, cadencias, acentos, que vienen de los
clásicos.
Para la Dirección Nacional de
Bibliotecas y Plan de Lectura, de la Secretaría de Cultura,
representa un orgullo contar con una escritora como María
Cristina Orantes, como autora del mes de junio.
Nació en México, D.F., el 30 de
agosto de 1955. Abogada y notaria, poeta y promotora cultural. Se
inició en la poesía desde pequeña ya que nació y creció en un
hogar en donde la poesía era algo natural puesto que sus padres eran
ambos poetas (Alfonso Orantes, escritor y crítico guatemalteco
y Elisa Huezo Paredes, poeta y pintora salvadoreña).
Es cofundadora del grupo literario
“Poesía y Más”, primer grupo en El Salvador constituido
únicamente por mujeres escritoras y cuya característica esencial ha
sido montar espectáculos poéticos de corte innovador. Es miembro de
varias asociaciones literarias. Ha sido jurado en numerosos
certámenes literarios, así como invitada a distintos encuentros y
festivales de poesía llevados a cabo en El Salvador, Granada,
Nicaragua y Belgrado, Serbia.
Ha sido incluida en antologías como
“Palabras de la Siempre Mujer” (El Salvador, 1997); Colección de
Juegos Florales del CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y EL ARTE,
CONCULTURA (El Salvador, 1997); Mujeres en la Literatura Salvadoreña
(El Salvador, 1997), Diccionario El Salvador (El Salvador,
2004), Trilogía Poética de las Mujeres en Hispanoamérica, Pícaras,
Místicas y Rebeldes (México, 2004), Antología de poesía infantil
“Sol de Cariño” (Dirección de Publicaciones e Impresos, El
Salvador, 2007), La herida en el sol (Antología de poesía
centroamericana contemporánea (UNAM), Poetas por El Salvador de la
antóloga francesa María Poumier, Colección Palabra Suelta,
(Editorial Delgado 2008); Antología “Poesía del Siglo XX en El
Salvador”, Colección La Estafeta del Viento de (Editorial Visor,
2012).
Varios de sus poemas han sido
musicalizados por el compositor German Cáceres, Director de la
Orquesta Sinfónica Nacional, y el soneto “Mujer” ha sido
traducido al francés, musicalizado por la compositora canadiense
Karine Deschamps y cantado por la cantante Judy Richards (Album Du
septiéme ciel) febrero 2007.
Publicaciones: Llama
y Espina (Edición Grupo Poesía y Más,
2001); Paso leve que en el polvo avanza
(Alkimia libros, Colección Álvaro Menéndez Leal, Volumen II,
2005); El grito es hacia dentro
(Dirección de Publicaciones e Impresos. Colección Poesía. San
Salvador. 2011).
De 2004 a 2012 dirigió la Sala
Nacional de Exposiciones Salarrué. Ha impartido talleres de
creatividad literaria y es docente en las Academias Sabatinas
Experimentales en Ciencia y Tecnología de la Comunicación y
de Gestión Empresarial de la Universidad Doctor José Matías
Delgado. Ha llevado a cabo una co-investigación denominada
“Hoy me atrevo al infinito” sobre la obra poética de David
Escobar Galindo y ha sido co-curadora de la exhibición
“Titi y David, la artista y el poeta” que se expuso en el Museo
de Arte de El Salvador, MARTE (Dic. 2013- Feb. 2014).
GRACIAS
Gracias por darme la palabra viva,
por ponerme en el pecho estas dos
alas,
por regalarme el viento en las
pupilas
y encender una espiga entre mis
plantas.
Por hacerme vivir la nueva historia
y dejarme cantar viejas palabras,
por abrirle camino a mis silencios
y anidar en mi huerto nuevas ansias.
Gracias por el granizo y la tormenta,
por la sal que llegara hasta mis
aguas,
por los nombres que amé, porque en
sus labios
saboreé las heridas con el alma,
por la sangre que llevo entre las
venas
y por la sangre nueva que sembrara,
por la estrella que he llevado en la
frente
y el fuego que he encendido con mi
llama.
Gracias por el cariño y por el yugo,
por las manos abiertas y cerradas,
por lo dulce y lo amargo de la vida,
por las horas perdidas y ganadas,
porque pesa la carga y tiene espinas,
porque a ratos parece tan liviana,
por el tiempo de gozo y de
castigo
y por haber librado la batalla.
A ROQUE DALTON
Coleccionista de pétalos,
páginas vírgenes y huracanes,
pintor de sombras calcinadas,
de guerreros hambrientos
y mujeres descalzas que buscaban a
tientas
a sus hombres de barro y silencio;
lector de líneas del destino,
creador de mantras para una nueva
edad,
descubridor de túneles secretos,
de gritos mudos, de noches vacilantes
y muerte distribuida a manos llenas.
Voz que se vierte entera
sobre historias de espinas y
renglones en blanco.
Nombre y memoria eternos a falta de
sepulcro.