Autor de junio 2016
Juan Carlos Cárcamo, escritor
originario de San Juan Nonualco, departamento de La Paz., en 1973, casado con
dos hijos.
El nominado es escritor de poesía y narrativa, miembro fundador
del Taller Literario Simiente, reconocido con diferentes premios de literatura
a nivel nacional, además, forma parte de diferentes antologías y, en los
últimos años, ha realizado distintas publicaciones educativas.
Como parte de su currículo literario se encuentran su
participación en el Diplomado para Escritores del Sureste y Centroamérica en la
Casa Internacional del Escritor, ofrecido por la Sociedad General de Escritores
Mexicanos, y su participación en la publicación “Escritores de La Paz”.
Teólogo, con diferentes postgrados en
Piscología Organizacional, en Género y en Investigación Científica. Además es
Certificado en Liderazgo Global y Egresado del Doctorado en Filosofía
Latinoamericana de la Universidad Centroamericana Dr. José Simeón Cañas.
Es Consultor Internacional e Investigador Social, Gestor y
Administrador de Proyectos Comunitarios, también Docente y conferencista
universitario en diferentes áreas.
Asimismo, Cárcamo cuenta con estudios en Teología y diferentes
postgrados en Piscología Organizacional, en Género y en Investigación
Científica. Además, está certificado en Liderazgo Global y es egresado del
Doctorado en Filosofía Latinoamericana, de la Universidad Centroamericana Dr.
José Simeón Cañas (UCA). También es consultor internacional e investigador
social, gestor y administrador de proyectos comunitarios, docente y
conferencista universitario en diferentes áreas.
Selección
poética
V
Y si
la paz lloviera
Si a
gotas fuese repartida entre las víctimas
con
la suave textura del consuelo
Y si
lloviera
y si
fuese caricia entre lágrimas plurales
y si
fuera como una multitud
de
anónimos abrazos
repartidos
Si
fuera ella la que al abrir la historia saliera
al
encuentro de los mártires
Si
fuera ella tejiendo con cadencia
los
rincones
los
sistemas
las
murallas
Si
lloviera paz en lugar de pólvora
Si
la vida pasara en lugar de la muerte
por
las calles
las
colonias
los
caminos
Si
fuera su arrullo la música de los huérfanos
Si
fuera su mano tendida para las madres
Y si
la paz lloviera
volviendo
los corazones blandos
húmedos fértiles
propicios
para florecer
en
esperanzas
El dilema del prisionero
El ajedrez dispuesto en la
mirada del vecino
el guante suavizado con una
flor semántica
la erguida cortesía del
que controla
la ansiedad difusa del que
esconde su último movimiento
Son familias,
son amigos,
colegas,
hermanos
Activistas de la causa de
la diplomacia
feligreses de la doctrina
de SunTzu
Todos sonríen
adulan
abrazan
Actrices y actores
racionales
en transacción continua
(en una mano la pólvora en
otra la sonrisa)
Caminan y se encuentran
diariamente en una enredadera
Ahí la estrategia
dominante
la coacción
el arbitraje
Caminan cargando sobre si
los rasgos
las virtudes
los intereses clásicos
el continuum persuasivo
Y la autoridad se exhibe
en crestas proverbiales
y la violencia oculta en
el monopolio de la fuerza
Por su parte la
paz juega a las escondidas
OAXACA
Ríos de
hierba corren entre nubes
Lana
verde sobre el lomo de una oveja
más
antigua que el grito del hombre
Oaxaca
es verde desde el cielo
musical
y verde se estaciona
Se
arruga para ver al sol
Su
mirada eterna abraza la tarde
II
Sol y
nube se acarician
Mi ojo
se queda suspendido
y
Oaxaca surge
desde
un suelo en el que palpitan
volcanes
huellas
y
gritos
III
Colores
superpuestos
cuadros
vegetales le visten
marrón
su pelo verde su aliento
Oaxaca
exhibe su revuelo
de
princesa antigua
tendida
en un sol
que la
envuelve de una nostalgia
superiora
todas las galaxias.
IV
Se
hincha el grito ¿Es un volcán?
Sobresale
desde el cráter ¿Es un beso de fuego?
En lo
alto Oaxaca atrapa mi asombro
como
quien escribe versos en mis ojos
Los
hijos
Uno
mira a sus hijos y los ama
Ve
correr en ellos su espalda y anhelos
Los
noviembres, octubres, los momentos tardíos
Son uno
mismo en otra risa
Son uno
mismo en otro llanto
Los ama
y los culpa
de su
felicidad y su canto
de su
capacidad infinita de crecer
por
encima de nuestros sueños
Niñez
El
cuarto recostado entre las horas
Un
remolino de hojas lamen sus heridas
El
llanto de la madre
la
lágrima trepa serpentina entre cobijas amplias
Paredes
oscuras forradas de ojos
Ahí el
niño confabula sus inquietudes
las
mece en una hamaca que cuelga desde ambos siglos
Tanto
silencio es demasiado para una sola mirada
tanta
canción negándose a sonar y el mundo calla
Ese era
mi rostro
mi
abnegada vocación por la nostalgia
Ahí
nacieron mis manos extensas
pobladas
de raíces hondas
y
canciones silentes.
Abuela
Suena
con tu tambor amigo, abuela
Suena
para que se vayan lejos los silencios que amenazan
Que se
vayan abuela
que no
se enreden como pitones alrededor de la silla
de las
horas
de mis
manos que te envuelven
aferrándose
a lo eterno de tu abrazo
Suena
con tu voz amena y envuelve mi aliento
frota
tus canas de mujer sudor
canas
de manantial creciendo
fluyendo
como cascadas desde tu cotidiana esencia
Suena
dulce
suena
firme
suena
con el cansancio universal de los que sueñan
De las
mujeres que tejen a sus hijos entre hilos cósmicos
de
tiempos
cenizas
y
esperanzas.
Mi hija se encumbra desde el calendario
Se
peina presurosa y extiende su ansiedad entre los auriculares
Envía
mensajes con habilidad de jazzista
Me
abraza mientras crece inevitable
Se vuelve
nube
cielo
horizonte
que se expande
Sonríe
y su
sonrisa repartida vuelve de la luz una mujer
Mi hijo deletrea a gotas el poema que le escribo
Mi hijo
y sus héroes
Sus
historias de dinosaurios
su
indiferencia a la caída del sol
sus
onomatopeyas épicas
mientras
una levedad de viento nos abraza
Cuéntame
tus largometrajes
Refréscame
con tu remolino de sueños y tu miedo al cirujano
En esta
zona de la historia se revuelven mitos
se
gestan batallas dignas de almanaque
Solo me
basta mirar a través de sus ojos
y
escuchar a gotas su corazón hecho poema entre mis manos
Epistemología de la lluvia
La lluvia cae
¿Es la lluvia?
Un hombre muere
¿muere el hombre?
Somos herederos de preguntas eternas
ImlaKech
Soy yo y somos todos
Lloramos y crecemos en la muerte
La vida nos empuja hacia el silencio
Tus ojos revolotean en mis manos
Veo mi piel como una playa en tu mirada
Somos la luna oscura y luminosa
El viento abraza al árbol y a la montaña
El que diserta con música en las manos
el que abre su bigote para encender palabras
la que esconde en sus ojos todas las imágenes
Todo una galaxia
El coloquio
la locura retórica
se fusionan
se fusionan
Crecen
y decrecen Amalgama
Viajamos
hacia el otro lado
Bebemos
el aire madre de la tierra
El
que sueña el que caza sueños el desnudo
Todo
gravita
Atrapados
en la simbiosis de la vida
un
día dormiremos bajo el mismo abrazo
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